Pico Castiellu desde Vega de Poja

 6 de junio de 2021

Hoy buscábamos una ruta corta, un paseín para volver a comer a casa y estirar un poco las piernas. Y lo encontramos aquí, en la senda que va desde el pueblo de Vega de Poja hasta el pico Castiellu (438 m). Bueno, este pico es una tachuelina coronada con una cruz de madera muy grande. Parece que la cruz se ilumina durante la época navideña, con lo que con total seguridad se tiene que ver desde la carretera. Tendré que ir a comprobarlo ;).

Como ruta montañera no es gran cosa, pero el itinerario que nos lleva a este pico pasa por algunos puntos de interés que hacen que merezca la pena acercarse a conocerlo. El primero de ellos está en el mismo inicio de la ruta, en el núcleo de Vega, donde te sorprende un interesante conjunto monumental . Precedido por la capilla semiderruida de Santa Lucía se levanta el palacio «La casona de los Argüelles» del siglo XVII, precioso y en perfecto estado de conservación. Es una casona cuadrada de piedra con un imponente corredor con balaustrada y lleno de flores, coronada con dos grandes escudos. Bueno, eso es lo que pude ver porque la casa estaba habitada y cuando estábamos curioseando por allí, se asomó una señora a la ventana y claro, nos marchamos, jaja.

La iglesia de Santa Lucía, la casona de Argüelles y su entorno

En el entorno de la casona, hay otra casa más pequeña muy bonita y un hórreo, que sin duda, formaron parte en su día de este palacio, junto con la iglesia.

Por la parte de atrás de la casona hay también un molino, el molín de Vega, del que se puede ver la canalización del agua procedente del río que movía la rueda del mismo.

Molín de Vega

Cruzando el río del pueblo, ya se ve el cartel que marca el inicio de la ruta hacia el pico Castiellu y aquí hay también un pequeño lugar para aparcar. No sé, cabrán 2 o 3 coches.

Aquí empieza el camino, con una pendiente muy suave y que está trazado en medio de prados y flanqueado en todo momento por árboles autóctonos, robles y castaños, muy bonitos.

Prados y camino con árboles

Los claros que van dejando a veces los árboles se abren como grandes ventanales con vistas y pronto comenzamos a distinguir montañas conocidas, como la Peña Careses y la sierra del Fario.

Al fondo, Peña Careses

Seguimos avanzando por este camino y pronto llegamos a una bifurcación en la que identificamos las flechas amarillas características del Camino de Santiago. Y es que por aquí también pasa el Camino de Santiago, aunque la verdad es que no lo sabía. Se trata de un tramo de entronque que permite la conexión del camino que viene por la costa con el Camino Primitivo, cuando este llega a Oviedo. Muchos peregrinos se desviaban aquí para visitar la catedral y proseguían luego hacia Santiago por el Camino Primitivo.

Flecha del Camino de Santiago

La flecha marca el sentido opuesto a nuestro camino, pero nos desviamos para acercarnos a la ermita de la Bienvenida, que está bastante cerca. Este ermita, está muy vinculada al Camino de Santiago y pudimos leer en un cartel que está colocado a su vera una bonita leyenda. Parece que hace muchos años, en el lugar en el que hoy está la ermita había un monasterio y uno de los frailes estaba siempre pendiente de saludar a los peregrinos que pasaban por aquí, les ofrecía pan y les daba la bienvenida. Parece que este es el motivo por el que esta pequeña ermita se llama así, la ermita de la Bienvenida. Seguro que algo de verdad hay… ;).

Bueno, sea lo que sea, este lugar es curioso, está muy cuidado y merece la pena hacer un pequeño desvío para conocerlo.

Ermita de la Bienvenida

Estuvimos aquí un ratín, aunque la iglesia estaba cerrada, con lo que no pudimos entrar. Y luego, proseguimos camino, volviendo hasta la bifurcación y continuando desde aquí por la ruta del pico. Enseguida se termina el camino y vamos a salir a una carreterina que nos llevará hasta otro pequeño núcleo rural, La Braña, punto final de la carretera y a cuyas espaldas se levanta el pico el Castiellu.

La Braña es un pueblo pequeño, muy bien cuidado. Nos sorprendió mucho que había bastantes jóvenes, todos ellos bastante engalanados, como si estuvieran de celebración. No sé, cuando bajamos ya no estaban.

Hay que seguir la carretera hasta que se acaba y justo aquí, al lado de una casa, sale un camino todo cubierto de hierba que es por donde sigue la ruta.

Camino cubierto por hierba

Poco poco el camino se estrecha, tenemos que pasar una portilla y enseguida estamos en la ladera del pico. Aquí ya no hay camino, pero la subida es muy evidente y sin problemas, pues la cruz es muy visible en todo momento.

Llama muchísimo la atención que toda la ladera está cubierta de cardos en flor y entre ellos crece la manzanilla, con lo que es un gusto subir con ese aroma intenso de la manzanilla y atravesando ese extenso manto de color rosa.

Cardos y manzanilla

Y mirando hacia atrás, un paisaje muy bonito, aunque no estaba del todo despejado, presidido por el pueblo de la Braña, con Pola de Siero y Oviedo muy visibles, Peñamayor, El Aramo, el Naranco, etc.

La Braña va quedando atrás

Pero… la decepción fue la propia cumbre, pues estaba totalmente tomada por las ortigas. Pudimos acercarnos a la gran cruz porque había una roca que si no… tendríamos que habernos conformado con verla de lejos. Lo que no pudimos ver fue el paisaje de la parte de atrás del pico, pues la maleza lo tapaba todo. La verdad que se nos hizo raro porque todo el camino de subida estaba cuidado y bien señalizado.

Nosotros, en la cumbre y en la ladera

Así que nada, siempre nos gusta estar un rato en la cumbre, pero aquí no era buen sitio, por lo que con las mismas, nos volvimos sobre nuestros pasos y deshicimos el camino andado, culebreando un poco, pero más o menos siguiendo el mismo itinerario de subida. Pronto llegamos a Vega, al coche y en poco tiempo estábamos en casa, dispuestos a preparar la comida y a disfrutar del resto de la tarde del domingo :).

El track de la ruta se puede descargar en el siguiente botón:

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