De Áliva a Sotres: una travesía muy Bonita

Por la canal del Vidrio, collada Bonita y canal de la Celada

24 de septiembre de 2020

A las 8 de la mañana nos encontramos todos en el comedor para desayunar. Habían servido un desayuno buffet y teníamos que hacer un poco de cola, pues habíamos coincido con un pequeño grupo de franceses que parecía que no tenían mucha prisa (luego supimos que iban al Tesorero). Pero bueno, al final desayunamos todos y algo después de las 9 ya estábamos preparados para empezar nuestra ruta de hoy.

Nuestra idea era volver a Sotres y si la meteorología lo permitía, podríamos intentar hacerlo por la canal del Vidrio, aunque en realidad el objetivo principal de hoy era llegar a collada Bonita. Y bueno, parecía que el tiempo nos iba a acompañar, así que se confirmó la opción de la canal del Vidrio. ¡A ver cómo se nos da, porque esta canal impone un poco de respeto…!

Mapa de la ruta

Comenzamos a caminar por la pista que va ascendiendo lentamente y empezamos a ver con una perspectiva diferente los cuetos de Juan Toribio, la pradería de Áliva… todo tan bonito :). Pasamos por delante de la fuente del Resalau, muy cerca del chalet real. Este parece que fue construido para que Alfonso XIII cazara rebecos… ay Dios, sin comentarios.

El chalet real y el hotel de Áliva al fondo – Foto Torre

Y nos vamos acercando a la zona de las minas de las Mánforas y muy pronto entramos en la canal: ¡A ver qué tal!

Minas de las Mánforas

En la parte inicial se aprecia un sendero en zigzag en el pedrero que poco a poco va desapareciendo. A veces hay jitos y también marcas de pintura que indican la mejor forma de subir. En ocasiones hay que utilizar las manos, pero se sube bien. A medida que avanzamos, vemos las huellas de la antigua explotación minera y lo más llamativo es la caseta derruida que se ve en la parte más alta de la canal y a la que tenemos que dirigirnos. ¡Es increíble que esta canal formara parte de una infraestructura minera!

Subiendo por la canal del Vidrio – Fotos Jairo, LuisQui y LuisMi

Vamos subiendo y casi sin darnos cuenta estamos al lado de unas oquedades en las que paramos para agruparnos, ya estamos muy cerca de la caseta. Y ahora, solo hay que pasar por delante de ella, pues aunque parece imposible, hay un pequeño camino por el que se transita sin dificultad, si no tienes vértigo. Y cuando pasas este tramo, casi como de milagro, sales a una zona herbosa por la que hay que continuar subiendo. Así que muy pronto estamos todos aquí, muy contentos pues habíamos subido la canal del Vidrio sin dificultad. Jaja, pensamos en llamar a la chica de la recepción de Áliva para decirle que estábamos bien :).

Ahora, tenemos que subir por esta ladera empinada en la que se abren pequeños senderos entre la hierba y las piedras. Hay jitos, marcas y numerosas opciones para poder llegar hasta la collada que vemos arriba: nos queda una buena subida.

Salimos a la hierba y seguimos subiendo hacia la collada – Fotos LuisMi e Ignacio

Cuando llegamos a la collada, vemos la bifurcación entre el camino que se dirige hacia Peña Vieja, el que no habíamos podido hacer ayer, y el que tenemos que seguir hoy hacia Collada Bonita. Y la verdad, que lo que tenemos ante nuestros ojos es realmente impresionante. ¡A ver si puedo describirlo!

Estamos en medio de ese mar de caliza imponente que te encuentras en tantas zonas de Picos, con Peña Castil al fondo y justo delante, el magnífico Cuchalón de Villasobrada ( Cucharón para nosotros, jaja). Y todavía un poco más atrás, se recortan en el horizonte dos grandes brechas. Una de ellas, la que se encuentra entre la torre de las Colladetas y la torre de los Martínez es la collada Bonita, nuestro siguiente objetivo.

El Cuchalón, Peña Castil, los jous y el caos – Fotos Torre e Ignacio

Pero no solo la vista de esos colosos de roca es impresionante, sino que lo que tenemos bajo nuestros pies es espectacular. Además, del gran pedrero que vemos al fondo por el que tendremos que pasar, ahora estamos en un auténtico caos de caliza. Estamos rodeados por todos los lados de jous de diferentes tamaños y de diferente profundidad y en ocasiones hay que pasar entre ellos como por un puente de roca. Resulta impresionante el perfil perfecto que tienen algunos y sobre todo. la cantidad que hay: están por todas. Es un lugar solitario, salvaje, muy muy bonito y sobre todo, intransitable en caso de niebla.

El Cuchalón de Villasobrada, Peña Castil – Foto Cova

Así que seguimos avanzando por este terreno tan especial, con la vista en el pedrero en el que se adivina un pequeño sendero a mitad de ladera. Lo alcanzamos y poco a poco, nos acercamos ineludiblemente a una zona más hostil, en la que de nuevo hay que utilizar en ocasiones las manos y que en continuo ascenso nos llevaría a Collada Bonita.

Seguimos hacia la Collada Bonita – Fotos LuisMi y Vi

Contentos los del Falso Llano – Foto Jairo

Todavía recuerdo el grito de Cova cuando llegó a la collada o la emoción de mi hermana… porque desde luego, el nombre se le queda corto a este lugar. Y es que en cuanto pones el pie en la collada, el impacto es memorable, pues de repente tienes ante tus ojos la pared sur del Urriellu, enterita y muy cerca: ¡es impresionante! Además, hoy hemos tenido la inmensa suerte de poder llegar hasta aquí con un día espléndido (por el momento), con lo que estamos asistiendo a un espectáculo y de los buenos. No sabría decir cuantas fotos nos hicimos aquí, pero muchas… el photocall es inmejorable.

Collada Bonita, ¿para dónde mirar? – Foto Cova

Pues bueno, después de esta rato de exaltación, tenemos que continuar, pues todavía nos queda bastante camino. Nuestro siguiente objetivo es la collada de la Celada, visible desde donde estamos, pero la bajada no parece muy fácil.

Tenemos que bajar por ahí – Foto Vi

Y así es, el primer tramo es vertical, literalmente, y con un terreno de piedrecillas sueltas que nos exige bastante concentración, jaja. Poco a poco vamos perdiendo altura y llegamos a una zona de llambrias, donde el paso no es muy evidente.

Vamos bajando como se puede – Fotos Jairo y Vi

Claro, teníamos que bajar, pero no por debajo de la collada de la Celada, pues si no, tocaría subir de nuevo y no estábamos para derrochar esfuerzo ;). Pero bueno, Ave estuvo buscando las mejores opciones y fuimos avanzando, en ocasiones poniendo las manos y en otras, el trasero, jaja. Finalmente pasamos esta zona un poco más complicada y llegamos a la collada de la Celada, justo al lado de la cara sur del Urriellu.

Llegamos a la collada de la Celada y aprovechamos para comer – Fotos Ignacio y Elena

Y como ya es tarde, decidimos parar a comer aquí. Buscamos un lugar un poco protegido, porque ahora parece que está empezando a cambiar el tiempo, hace un poco de viento y la niebla ya nos oculta a veces el Pico. Nos sentamos y aparecen las chovas, seguro que vienen de los Grajales en los que habíamos estado estos días :).

Comemos tranquilamente, pues ahora ya estamos en terreno conocido. Y luego, empezamos a bajar la canal de la Celada. Así que seguimos avanzando entre piedras y llambrias, hasta llegar a su confluencia con el camino que sube desde Pandébano a la vega Urriellu. Ahora sí que estamos en terreno conocido. Pero bueno, nos queda todavía un rato.

Bajamos la canal de la Celada y al final vemos un poco de la Oeste – Fotos Elena y LuisQui

Cuando llegamos a collado Valleju, echamos la vista atrás para dar una última mirada al Urriellu, pero esta vez la niebla no nos lo quiso mostrar. Bueno, ¡no nos quejamos! Y poco a poco vemos que el terreno se va suavizando, a medida que nos acercamos a la majada de la Terenosa. Empiezan a surgir los árboles, desaparecidos en las zonas calizas de arriba, y las praderías. También empieza a llover, no mucho.

Ya vemos el Cuera, el mar y poco a poco nos acercamos a la majada de la Terenosa

Pronto llegamos al refugio de la Terenosa, donde paramos a tomar algo. Por cierto, están de obras y parece que van a hacer baños y duchas (era hora ;)). De hecho, todavía están allí los obreros que han subido en todoterreno. ¡Qué poco le faltó a María para preguntarle si la bajaban! jaja.

Pero no, seguimos todos, llegamos enseguida a Pandébano, y continuamos por la pista. Luego cogimos el camino viejo que nos devuelva a la pista un poco antes de las invernales del Texu. Desde aquí solo nos queda subir para coger la pista de las vegas de Sotres y el tramo final por carretera para llegar a Sotres.

Llegando a Pandébano

Haciendo clic en el botón de abajo se puede descargar el track de esta ruta.

In memoriam

Y todo habría terminado muy bien, si no hubiera sido porque cuando estábamos llegando a Sotres, Ave supo que su padre estaba muy grave. Y, efectivamente, Pepe Alonso falleció unas horas después. Fue un momento muy triste.

Pepe fue montañero toda su vida, hasta que el cuerpo le aguantó. Y no deja de ser simbólico que su recuerdo esté unido para siempre a esta travesía por uno de los lugares más bonitos de nuestros Picos. Descansa en paz, Pepe. Este pequeño relato te lo dedico.

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