Un eucaliptón, campos de maíz y mucha historia en Tapia de Casariego

6 de septiembre de 2020

Hace bastante tiempo que vi por primera vez un panel informativo sobre la ruta del maíz de Tapia y buscando información sobre cómo hacerla, me enteré que también había un eucalipto gigante. Así que, en realidad, mi principal interés en esta ruta era descubrir este árbol tan grande, para ver si realmente un eucalipto podría ser tan impresionante. Y ya adelanto que sí que lo es y que además descubrí muchas cosas más :).

Por cierto, la ruta del maíz no está muy señalizada, o al menos nosotros encontramos muy pocas indicaciones, así que Ama y yo hicimos nuestra ruta particular.

Mapa de la ruta

Para alargar el paseo nos fuimos hasta las inmediaciones del cementerio de Tapia y desde allí nos dirigimos hacia el Viso y después hasta cerca de Viacoba. Justo antes de un túnel que pasa por debajo de la carretera nacional, y por el que tenemos que pasar, hay un indicador de la ruta.

Seguimos caminando por estas agradables carreteras locales y ya vemos los grandes campos de maíz que se extienden por todas partes.

Campos de maíz

Llegamos a Casariego y aquí seguimos el indicador que señala hacia el palacio de Cancio, que ya se ve al fondo. La verdad es que el paisaje es realmente bonito. Esta impresionante casa solariega está totalmente rodeada por un muro alto y robusto que no deja ver su interior. No obstante, al alejarte puedes tener otra perspectiva diferente y apreciar su estructura, con varios bloques de edificaciones de piedra y tejados de pizarra. ¡Me encantaría poder visitarlo!

Campos de maíz y al fondo el palacio de Cancio – Foto Ama

Justo frente a la puerta principal está la finca Riobarba, propiedad de los Cancio y presidida por dos columnas de piedra y un muro, en la que hay plantado maíz. Se trata de una finca histórica, pues es el lugar en el que parece que se plantó el primer maíz que llegó a Europa.

Finca Riobarba

En efecto, el tapiego Gonzalo Méndez de Cancio, nacido en esta casa a mediados del siglo XVI fue un personaje de relevancia histórica. Este marino embarcó hacia América, logró derrotar al temido pirata Drake y a raíz de esto fue nombrado gobernador de Florida. Fue aquí donde conoció el maíz y contribuyó de manera notable a mejorar su proceso productivo. De vuelta a casa, a principios del siglo XVII, trajo el preciado cereal consigo para plantarlo en su tierra. Se dice que se conserva el arca original en la que llegó el maíz a su Tapia natal en el palacio de Casariego. Y esta fue la vía de entrada del maíz en Asturias y en Galicia, pues también se plantó en sus fincas de Mondoñedo, y he leído que se considera que también fue la primera vez que se plantó en España y en Europa. Lo cierto es que este cultivo que fue vital en su época, es hoy muy habitual en grandes extensiones en Tapia de Casariego, aunque para uso principalmente forrajero.

Bueno, pues pasando por delante del palacio y continuando la carretera se llega a la pequeña ermita de la Encontrela. Si llegas por la este lado, hay que rodearla para llegar a la puerta, pero está cerrada, así que no pudimos ver su interior. También vemos que justo aquí sale un camino que se adentra en una zona arbolada… ¡deberíamos haberlo seguido! Pero, en vez de eso dimos la vuelta por la carretera por la que habíamos llegado y seguimos hasta el cruce que está después de pasar el palacio.

Ermita de la Virgen de la Encontrela

Ahora seguimos por la carretera principal y unos pocos metros más adelante encontramos una desviación hacia la fuente de la Virgen de la Encontrela. Nos acercamos a conocerla. Bueno, es una fuente bastante bonita que, según figura en una inscripción fue construida en el año 1998.

Fuente de la Virgen de la Encontrela – Foto Ama

Volvemos sobre nuestros pasos y llegamos de nuevo a la carretera… ay, ¿dónde estará el eucaliptón que está marcado en el mapa pero no lo encontramos? Seguimos avanzando por la carretera y muy pronto encontramos a nuestra derecha una piedra con una inscripción que pone «Eucaliptón» y una flecha. Así que cogemos el pequeño camino que sale a la derecha de la piedra y tras avanzar unos metros lo vemos: es impresionante.

El magnífico eucaliptón de los Cancio

He de confesar que nos quedamos boquiabiertos ante ese magnífico ejemplar de eucalipto, no solo por sus dimensiones, sino por su belleza. El tronco es inmenso y forma todos los dibujos imaginables y de él salen unas ramas que también son inmensas y que crecen sin freno hacia el cielo. También en algunas partes de su tronco se han asentado helechos, musgo y alguno hongos… que pese a embellecerlo no sé si sería mejor que no estuvieran.

Paseamos a su alrededor para verlo por todos los ángulos, descubrimos la placa en la que hay escritos algunos datos históricos, entre otros que fue plantado en 1870 por un niño descendiente de los Cancio, y después cruzamos un pequeño puente de piedra que pasa sobre un arroyo para ganar perspectiva. ¡Qué bonito es! Tras cruzar el puente vemos que sigue el camino y entonces nos damos cuenta que ese camino es el que llega a la ermita de la Virgen de la Encontrela. Bueno, habíamos dado un pequeño rodeo :).

Volvemos de nuevo a la carretera, encantados con lo que habíamos visto, y seguimos avanzando hasta que llegamos al final de Casariego, justo donde entronca con la carretera nacional. Y aquí, decidimos cruzar y seguir por el arcén en dirección a Tapia hasta encontrar una entrada que nos permitiera acceder a la línea de costa. Así que seguimos unos metros y cogemos la carretera que lleva a Ventanova.

Ya se ve el mar y siguen los campos de maíz

Y desde aquí, fácilmente nos vamos acercando al mar, esta vez por el camino que lleva a la playa de la Paloma, a la que accedemos a la altura del castro de El Esteiro. Está precioso, pero como hay marea alta no se puede cruzar por la playa, así que retrocedemos un poco y enseguida encontramos el sendero que sale a la izquierda y que nos llevará a la otra entrada de la playa de la Paloma.

Preciosa, la playa de la Paloma

Y como agradable sorpresa comprobamos que hoy la senda costera está totalmente desbrozada, con lo que se podía caminar muy bien. Así que seguimos por la senda que avanza bordeando los acantilados, pasamos por encima de la playa de la Paloma y seguimos hasta salir a las primera casas de la Reburdia.

La senda costera

Ahora solo nos queda volver a Tapia, pasando primero por el puente sobre el río Anguileiro y disfrutando luego de la belleza del paseo marítimo. No sé qué tiene, pero aunque pases por aquí mil veces, siempre encuentras algo distinto.

La playa del Murallón

Pues nada, este es un paseo de poco más de 9 kilómetros que se puede hacer tranquilamente en unas 2 horas y que merece mucho la pena.

En el botón de abajo se puede descargar el track de la ruta.

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